Telefónica: el del mono azul siempre a tu lado
Ayer fue imposible que me conectara a internet, pero esta página no va dedicada a eso. Va dedicada a la curiosa solución que he adoptado.
Hoy sobre las 9, que ya empezaba a hacer frío, se me ha vuelto a ir la conexión a internet y el teléfono ha dejado de funcionar bien otra vez.
He tenido las luces de llamarme desde el fijo hasta el móvil y cuando he colgado ¡me salía una llamada perdida de mi vecina! Pues va a ser un cruce de líneas.
Así que me he ido a la calle y he mirado la caja en donde están las conexiones de toda la calle:
Si, aunque parece una caja de la basura, es la caja de las conexiones de telefónica de toda nuestra calle.
Weno, pues con linterna en mano miro por allí y me encuentro que uno de los cables sujetos por un tornillo, sobresalía y hacía contacto con otro tornillo que no tenía que hacerlo.
Con las llaves de casa doblé un poco el cable ... y ya tengo internet de nuevo. :-)
El cable que se ve apuntando hacia la izquierda y sale del tornillo de abajo en la zona más luminosa estaba tocando el tornillo de arriba y lo doblé:
La moraleja es que cuando cambia la temperatura de la calle (amanece o se hace de noche) los metales se dilatan o contraen, provocando estos efectos tan curiosos.
La otra moraleja es que he tardado menos en arreglarlo yo que en venir Telefónica desde antes de ayer.
Y por último, que por muy buenos ingenieros que haya, siempre habrá alguien con mono azul, que con cables y alicates en mano deje mal hechas las cosas.